viernes, 5 de noviembre de 2010

Día 2

5 de noviembre y aclarece antes de las 5:45 am, debo empezar el día mas temprano de lo usual si quiero avanzar con la constitución de la empresa, así que a las 6:50 am luego de desayunar apresuradamente salgo rumbo al registro.

Llego justo a las 7:28 de la mañana, no me causa ninguna sorpresa ver la cola que daba varias vueltas y que estaba conformada como por 200 personas, sorteo el ultimo de la fila preguntando aquí y allá, hasta que tomo posesión del ultimo lugar, rápidamente pierdo esa desanimadora posición, solo puedo pensar en el funcionario del día anterior y de su señora madre.

Increíblemente y para mi alegría estos funcionarios públicos empezaron a trabajar a las 7:30, eran una especie rara como en extinción, porque tampoco estaban desayunando ni tomándose el café mañanero, no lo comprendía pero estaba contento de avanzar en la cola con la esperanza de no pasar todo el día ahí.

En la reja de entrada del edificio se encuentra uno de los amenazados con la extinción, el convertidor de cola, su función es, preguntar tu tramite y asignarte a una nueva fila o a otro funcionario mas adelante, a mi me toco ir al segundo “servidor publico”, una señora de unos 30 o 35 años, me da un papelito que indica la fecha y la taquilla a donde me debo dirigir, así que al terminar esos procesos tendríamos cuatro filas, a mi me tocaría en la fila llamada “taquilla 2” eran las 7:50 am. Aclaro que aun en este punto no hemos entrado a la oficina, seguimos en los pasillos del edificio.

Es evidente que al haber llegado “tarde” hacia que me ubicara entre los últimos de la taquilla 2, a partir de las 8:30 am, cerraron la reja y no entro más nadie, los primeros de las filas tenían la dicha de esperar sentados, yo no porque ya se habían acabado los banquitos para sentarse.

Poco a poco fue pasando la gente a la oficina y se fueron desocupando los banquitos, mi turno llegaría hora y media después, luego de haber leído twitter y escuchar música, finalmente entraría a la oficina y haría la cola para la taquilla 2.

Una señora muy amable atendía en la taquilla en la medida de sus posibilidades trataba de resolver las solicitudes de cada una de las personas que se detenían frente a ella. Llegaría mi turno 30 minutos después, “para saber la disponibilidad de nombre para una empresa” y me responde, tienes que llenar esta planilla rápidamente con todo lo que se pregunta, así lo hago, le explico que yo tengo varios posibles nombres para la empresa que quisiera saber la disponibilidad de todos, ingenuo yo, solo se permite averiguar uno por tramite, y no es que solo uno por tramite, yo iba con la idea de hacer los tramites para dos empresas, pues eso no se puede, una a la vez, una empresa una cola, así que ante la realidad venezolana no me extraña la respuesta así que ni hago el intento de explicar lo absurdo que es esa política. Finalmente escojo un nombre unilateralmente de la opinión de la que será mi socia por la premura de la situación (tenia gente atrás que quería avanzar y ocupar mi posición), y se lo doy, me da un planilla y me dice “deposita bsf 32,50 (0,5 UT) y te vienes el lunes para seguir el proceso, aunque por el nombre que escogiste posiblemente ya este usado”. El lunes veremos si tengo suerte o no, pero lo cierto es lo absurdo del tramite para averiguar que nombre puedo usar para una empresa, algo que se debería hacer por internet tiene uno que movilizarse y perder la mañana en eso, y además esperar otro día para obtener respuesta. Las 10:30 y salgo del registro sin mirar atrás.

En esta oportunidad ahora me planteo cual de los bancos para depositar será el menos lento, me decido por la agencia del provincial cercana a mi casa, descartando el Banco Venezuela, Bicentenario, Tesoro e Industrial, por razones evidentes.

Ingreso al banco a las 11:09 am, salgo cuarenta minutos después con el deposito listo y creo que con el primer paso dado para la constitución de la empresa.

Nada fácil este país.

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